La historia marítima y comercial entre Oriente y Occidente no se puede entender sin Mascate, también un enclave estratégico de cara a este viaje al interior de las montañas de Omán. Antes de salir en 4×4 tierra adentro deberás dedicarle al menos un día para pasear por su distrito amurallado, que defienden dos fortalezas mandadas erigir por Felipe I de Portugal, esto es, Felipe II de España. El entretenido paseo por sus estrechas callejuelas te conducirá al zoco de Muttrah Souq, el palacio Al Alam y la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, la cual conserva la segunda alfombra de una sola pieza más grande del mundo, de 21 toneladas de peso con sus 1.700 millones de nudos.
Cruzarás palmerales, desfiladeros, cultivos en terrazas y pequeñas aldeas de montaña de camino a las inmediaciones del pico Jebel Shams, cumbre del país a más de 3.000 metros de altitud y a cuyos pies se forma el uadi Nakhar, conocido como el Gran Cañón de Omán. Vertiginosa la visión desde la conocida como “montaña verde”.
La ruta continuará por Al Hamra, una población construida en vertical, con casas de barro de dos y tres alturas, y donde se degusta la ‘halva’, un delicioso manjar de sésamo. La siguiente parada será Nizwa, la antigua capital, con una imponente fortaleza dotada de una gran torre circular. Aún conserva el sistema de irrigación del ‘aflaj’, que lleva extrayendo aguas subterráneas desde hace al menos 1.500 años. Sobreviven cinco de los 134 que llegó a haber en funcionamiento y están declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.