
Al igual que La Merced del Alto, en Cafayate, el arquitecto Mariano Sepúlveda supo recrear en este hotel el estilo colonial español a la perfección con materiales locales. No en vano, recibió en 1985 la Cruz de Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica por este tipo de trabajo en Argentina. La decoración sigue esa línea al tirar de piezas domésticas pertenecientes a viejas familias del norte argentino, mientras que los colores de la Quebrada de Humahuaca se reproducen en los textiles. Las 18 habitaciones estándar son amplias y luminosas, todas con vista exterior. La suite, con sala de estar, baño con hidromasajes y cama con baldaquines, se sitúa en la planta alta del edificio y tiene una privilegiada vista al cerro de los 7 colores. El restaurante, especializado en cocina andina, goza también de una imponente vista panorámica y dispone de una excelente bodega de vinos locales.