Miembros de una familia francesa de hoteleros, Raymonde y André Fenestraz han extendido sus intereses por diversos países. En Argentina, su primera apuesta fue la estancia El Colibrí, en Mendoza, donde él pudo montar su propio club de polo y ella, en sus ratos libres, correr en rallys (piloto de helicópteros, fue la única mujer en participar en el Dakar 2009).
El siguiente salto, casi de inmediato, fue a Salta, a este House of Jasmines, una estancia centenaria al final de un camino bordeado de eucaliptos que también es un Relais&Chateaux exquisitamente decorado con mobiliario de principios del pasado siglo, donde el cuidado ambiente campestre se combina con un servicio de primera categoría. Acompañados de los gauchos de la finca, los huéspedes pueden cabalgar por los alrededores subidos a los dóciles caballos criollos.
«La cuidada atmósfera campestre, con muebles centenarios, se combina con un servicio de primera categoría»
Se visitan las bodegas de los alrededores y en la cocina se enseña a hacer la perfecta empanada. Mientras que al final de la jornada es posible disfrutar de un spa con una completísima carta de masajes. Y quien sabe, al final del viaje a lo mejor apetece seguir catando los hoteles de esta familia repartidos por todo el mundo.
