Se sitúa en la Reserva de Caza Onguma, a 10 km de la entrada este del Parque Nacional de Etosha y garantiza una estancia rodeado de animales salvajes. Hasta tal punto que de noche hay que solicitar un acompañante para el trayecto entre el restaurante y tu tienda.
Compuestas por un toldo caqui sobre mástiles y suelo de madera, están decoradas con lámparas de pie y cómodos sofás. A buen seguro que avistarás kudus e impalas bebiendo en la cercana charca de 30 metros de ancho, a la que rodean de acacias. Y nada impide que nosotros hagamos lo propio, pero con vino sudafricano o cerveza. Con suerte, un leopardo o un león asomarán la cabeza.
El mismo grupo tiene otras opciones suculentas en Etosha, como son The Fort y Tree-Top. El primero, como su propio nombre indica, es un fuerte, una alcazaba al borde del mar de sal; el segundo, una cabaña sobre elevada sobre el terreno donde la inmersión en el territorio es directa.
